Estuches de Quebracho

Se estila entregar un cuchillo fino en un estuche de “cordura” o algún otro material acolchado para protegerlo. Esto en principio es correcto, no se puede entregar un cuchillo sea el que fuere sin algún tipo de “contenedor”.

Los cuchillos con un pulido de pulcritud extrema, auténticamente “a espejo”, no deben llevar vaina de ningún tipo porque de entrar y salir en ella se va a rayar inmediatamente y se perderá una parte importante del valor del cuchillo.

Por lo que mi opción fue hacer un estuche que creo merecedor.

El modelo Personal 1, no podría ser contenido en otro estuche, aunque se pueda pensar que es “ostentoso” para llevar a un asado. Es para llevarlo en su estuche
hasta la mesa y disfrutarlo

Los estuches están hechos de Quebracho Colorado “campana”.

Llaman campana al árbol que murió de pie tal vez por vejez, después de uno o dos años de no desarrollar más, es decir dejando de crear la “albura” o “sámago” conocido como “falsa madera” portadora de la savia.

Aprovechando que la corteza está firmemente adherida al duramen y por su belleza, decidí dejarla al hacer el primer estuche.

Otra pieza importante que no se podría presentar de otro modo que no sea en un buen estuche de Quebracho

La elaboración del estuche

Para hacer el estuche debo elegir cuidadosamente una parte del tronco de buena corteza y fundamentalmente “sana” en el núcleo.
Luego de cortado el trozo hay que “abrirlo” y socavar el alojamiento aproximando el contorno y darle tiempo para que “se acomode” ayudándola con tratamiento.
La madera tiene tensiones y al separar las dos partes y quitarle importante cantidad de material, estamos “desequilibrando” sus tensiones, por lo que inevitablemente se va a deformar.

Hace un efecto muy particular el contraste entre la pulcritud del cuchillo y del propio estuche con la rusticidad de la corteza.

Es el “toque” de la naturaleza en un conjunto totalmente elaborado por la mano del artesano.

A los tres o cuatro meses de someter las partes a humedad, calor, frío, alternadamente, las dos superficies adyacentes ya no se van a corresponder, porque la madera se acomodó respondiendo al nuevo equilibro de sus tensiones.
Es entonces momento de ajustar las superficies (también las externas) y volver al mismo procedimiento por uno o dos meses y se repite hasta notar que con el paso del tiempo no produce mas alteración de sus formas, o sea que se ha definido en esa posición.

Trozo de Quebracho Colorado, abierto y socavado con la forma casi definitiva del cuchillo que va a contener.
Aquí comienza el proceso de estabilizado de la madera

Vista ampliada del socavado del futuro estuche

Los cuatro bloques de acero inoxidable–AISI 420– preparados para encastrar en la madera y hacer las bisagras.

Recién entonces se comienza con el ajuste final, y se talla el alojamiento de las bisagras y del broche de cierre.
Las bisagras y el clip de cierre son de acero AISI 420 hechas especialmente con el encastre ajustado a cada estuche.
El mecanismo de cierre está templado.