Notas

Temple y Dureza

Temple y Dureza

Explicación de las cualidades del tratamiento térmico

El tratamiento térmico, conocido como temple, es un aspecto fundamental en el comportamiento de toda pieza de acero.
El acero debe templarse para mejorar sus cualidades, éste tratamiento comprende cuatro pasos básicos: normalizado después del desbaste; temple cuando la pieza está casi terminada a medio pulir; tratamiento sub-cero para precipitar la austenita retenida y completar así el endurecimiento; y por último el o los revenidos para distensionar el acero y bajar la dureza a los valores deseados.
Las cualidades logradas dependerán de los ensayos que se hayan hecho con cada acero y de la rigurosidad con que se lleve a cabo el proceso con el que se haya logrado el mejor resultado.

Polvo de diamantes
Soporte con tres Arkansas de distintos granos; grueso, mediano y fino
Chaira de bolsillo. Útil y práctica.

En nuestro caso lo que nos interesa es templar la hoja del cuchillo para que su filo sea duradero.
A mayor dureza tendremos un filo más duradero, pero habrá que emplear más tiempo en la recuperación de sus cualidades de corte.
A menor dureza se recuperará el filo mas rápidamente y también lo perderá con mucha rapidez.
La dureza que han establecido los grandes maestros cuchilleros como la más equilibrada es 60 Rockwell “c”.
Con esa dureza tendremos muy buena durabilidad de filo y no será muy dificultoso su reafilado.
Hasta esa dureza de hoja podemos asentarla con una buena piedra natural o con una chaira de acero de estrías finas.

Probeta de ATS 34, templada a 61 Rc que ha sobrepasado el momento flector y se ha deformado “sin romperse”. Otra de SAE 5160 (abajo) que se ha roto después de haber logrado una importante deformación plástica.

También hay piedras de asentar y chairas de cerámica, o mejor aún, de polvo de diamantes a más de otros métodos. Con estos elementos, (de cerámica o polvo de diamantes) se puede reafilar sin dificultad un cuchillo que tenga más de 60 Rc.

Aparentemente allí está la solución: “hay que templar las hojas a 60 Rc . para tener un óptimo rendimiento”.
Pero no es tan sencillo, hay un problema: a mayor dureza hay más riesgo de fragilidad, por esa razón la mayoría de los cuchillos no pasa de 57 ó 58 Rc., y aún así hemos visto muchos cuchillos “partidos” o con melladuras en el filo producidas por roturas.
Las probetas de ensayo que templo simultáneamente con las hojas, demuestran que ningún cuchillo mío se partirá sin previa deformación plástica. Doy total garantía.

Con éstos y otros ensayos se demuestra otra vez que no es imposible templar la hoja a 60 RC. sin riesgo de rotura.
Una hoja bien templada debe flexionar (dentro de los limites que le permita su espesor) sin riesgo de rotura y pasar el limite elástico para llegar a la deformación plástica sin romperse, como el ejemplo que tenemos a la izquierda.
Este cuchillo, (Mod. 38) se torció sin romperse, por palanquearlo clavado en algo duro, tal vez un hueso o alguna coyuntura, a pesar que está “totalmente templado”, es decir “de lado a lado” a 61 Rc. de dureza.

La foto de la derecha muestra un cuchillo mellado.
Dice la nota publicada en la revista Blade de agosto de 2000, firmada por Ed Fowler, que Schempp, después de cortar exitosamente las sogas, y ganar el concurso en el Knife Show de Oregon en 1999, melló el cuchillo por tratar de cortar ramas, tarea ésta para lo que ese cuchillo no estaba preparado.
Coincido en que un cuchillo preparado para cortar sogas no es apto para hachar ramas, por no tener la estructura y ángulos adecuados, aunque no descartaría que el tratamiento térmico tenga también alguna incidencia en el resultado.

En mi conferencia de la Exposición de Armas del año 2001, disertando sobre la importancia de los ángulos y la dureza, con este cuchillo corté 30 ó 40 veces sogas de cáñamo de 1 pulgada y otro tanto de trozos de suela, algunas latas de gaseosa vacías “al aire” y, sin retocar el filo, su hoja intacta seguía “afeitando”.
Su hoja cóncava sumamente delgada es de SAE 52100 templada y revenida con una dureza de 61-62 Rc.
Cuchillo perteneciente a la colección privada del Cnel. J. B. Dagger.